la biologia de los palomos por Ernesto Gonzalez
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la biologia de los palomos por Ernesto Gonzalez
Biología de las Palomas
Quisiera hacer hincapié, antes de desarrollar este breve estudio, en que no pretendo realizar un análisis anatómico de los diversos órganos y aparatos de la paloma; sino más bien, y de una forma somera, analizar el funcionamiento biológico de este orden de animales, recurriendo a los datos anatómicos cuando sea indispensable para conseguir tal fin.
SENSIBILIDAD: Es muy elevada.
El tacto no parece estar muy desarrollado. Los órganos táctiles están localizados sobre todo en las partes desnudas, o sea, sin plumas, del animal; pero de forma acentuada en la lengua y en el pico.
El órgano del olfato está poco desarrollado y situado en las cavidades nasales. Las fosas nasales se abren en la base de la mandíbula superior y comunican con la cavidad bucal por medio de dos conductos llamados coanas que atraviesan el paladar. No parece un sentido de gran importancia en estas aves.
El gusto tampoco parece alcanzar demasiada perfección, en comparación con otros sentidos, y es debido, sobre todo, a que las palomas tienen una lengua córnea sobre la que no existen papilas gustativas. No obstante, existen botones gustativos situados sobre el paladar y en la base de la lengua, y son los que hacen apreciar a estas aves los sabores de las sustancias que ingieren. De todas formas parecen regirse más por instinto, que por este sentido, en la elección de sus alimentos.
Pese a que estos sentidos analizados no alcanzan demasiada perfección, las palomas son aves de gran sensibilidad y ésta se manifiesta principalmente a través de los sentidos de la vista, el oído y la enorme capacidad de orientación que poseen.
De todos es conocida la extraordinaria agudeza visual de las palomas. Los ojos están situados lateralmente y esto parece dificultar la visión binocular. No obstante; el ojo de la paloma es de un gran tamaño y está muy perfeccionado. Dicho perfeccionamiento y su gran agudeza visual se deben a una sensibilidad particular de la retina, que está dotada de dos manchas amarillas: una central, que se utiliza para la visión lateral y otra lateral, que se utiliza para la visión frontal. Ocurre también que el ojo posee gran poder de acomodación, gracias al músculo ciliar y a la contractilidad del iris. De ello resulta un globo ocular muy móvil, lubricado por la secreción de glándulas lacrimales y que está además protegido por un sistema de párpados muy perfecto (superior, inferior y membrana nictitante transparente). Y así, gracias a la perfección de la retina y la ayuda que supone la gran movilidad del ojo, las palomas consiguen una agudeza visual que supera en mucho a la humana.
Las palomas tienen un oído muy fino. Se puede distinguir un oído medio y un oído interno y aunque no existe el pabellón auditivo, el tímpano se sitúa en el fondo de una depresión de la piel que viene a ser como un esbozo del oído externo. El orificio auditivo está cubierto por las plumas.
El sentido de la orientación está muy desarrollado, sobre todo en las palomas mensajeras que son capaces de volver a su palomar después de soltarlas a cientos de kilómetros de él, y habiendo sido transportadas en un medio totalmente oscuro. Esto demuestra que la paloma no se orienta exclusivamente por la memoria visual, ya que ésta, aún siendo muy grande, es lógico que sólo puede utilizarla en los lugares que conoce. Para explicar este fenómeno de la orientación para grandes distancias y por sitios desconocidos, se pensó en principio en un influjo del campo magnético terrestre sobre la paloma; pero multitud de experiencias han demostrado la falta de consistencia de esta teoría. Hoy se cree que las palomas se orientan mediante el sol, aun en tiempo cubierto, lo cual supone, a la vez, que la paloma es capaz de detectar las radiaciones solares a través de las nubes.
LOCOMOCIÓN:
Son animales de caminar lento y sosegado; pero en contraposición, están perfectamente adaptados al vuelo, y esto se pone de manifiesto por la estructura, que a través de miles de años de evolución, se ha conseguido tanto en su estructura externa como interna: Un cuerpo de forma aerodinámica, unos miembros anteriores transformados en alas con una potente musculatura que las mueve. Poseen una caja torácica, una columna vertebral y una pelvis de gran rigidez, y tienen sacos aéreos y huesos a modo de neumáticos que aligeran su peso.
La primera etapa del vuelo es el despegue y en ella la paloma primero se agacha relajando sus miembros posteriores, después abre sus alas levantándolas cuanto puede, y por último las rebate con gran fuerza apoyándose en el aire. Este movimiento se repite a una velocidad de unos diez aleteos por segundo y con ello se consigue un extraordinario poder de ascenso. En el aire la paloma puede proseguir en vuelo activo batiendo sus alas a un ritmo de seis u ocho veces por segundo, o puede también aprovechar la velocidad conseguida y las corrientes de aire para, con las alas abiertas y quietas, proseguir en vuelo planeado.
NUTRICIÓN:
La paloma posee un régimen alimenticio a base de granos y algo de verdura (granívoro y herbívoro). Por tanto todo columbicultor debe tener en cuenta ambas facetas y proporcionar granos (legumbres y cereales sobre todo) ricos en proteínas, grasas y almidón y verduras, que, si no muy ricas en esos principios inmediatos, sí lo son en vitaminas tan necesarias para todo ser vivo.
También los iones minerales son indispensables para las palomas, y como suele haber déficit de algunos de ellos en los alimentos, es preciso colocar en los palomares ciertas sales que se expenden en el mercado. Son sobre todo muy interesantes unos bloques compuestos de sal marina o cloruro sódico y carbonato cálcico que se amasan con yeso para darles consistencia, y por los que muestran las palomas una gran avidez.
La digestión de los alimento se inicia desde que éstos son tragados. Primero se acumulan en el buche, donde se reblandecen por absorber agua, después pasan al proventrículo anterior, donde actúa sobre ellos el jugo gástrico; de aquí llegan a la molleja, donde son triturados, ya que ésta posee una potente musculatura en sus paredes y unas piedrecillas de sílice en su interior que le ayudan en esa función. Después pasan los alimentos al intestino, donde son atacados por los fermentos intestinales, y una vez transformados en compuestos simples y asimilables, pasan a la sangre y linfa a través de las microvellosidades intestinales, teniendo con ello lugar la llamada propiamente función digestiva.
Los productos de desecho de la digestión, o sea, lo no asimilado, forman los excrementos o heces fecales y se expulsan al exterior a través de la cloaca.
CIRCULACIÓN:
El aparato circulatorio es completo, con aurículas separadas y ventrículos también.
Hay una circulación mayor y en ella la sangre arterial u oxigenada, va desde el corazón a los distintos órganos del cuerpo, para proveer de oxígeno y alimentos a las células, y retorna a él de nuevo como sangre venosa cargada de anhídrido carbónico y sustancias de desecho.
La circulación menor está formada por el sistema de depuración de esa sangre venosa, que saliendo del corazón va a los pulmones, donde se purifica, cediendo anhídrido carbónico y tomando oxígeno, para volver de nuevo al corazón como sangre arterial.
El corazón es de una potencia extraordinaria, ya que durante el vuelo, el gasto energético de la paloma es enorme y todos los órganos deben tener un aprovisionamiento de oxígeno suficiente; pero sobre todo, los músculos de vuelo deben estar irrigados abundantemente por la sangre que el corazón les manda a un ritmo muy acelerado.
RESPIRACIÓN:
Ya hemos visto que para el vuelo se consume una gran cantidad de energía y esto requiere un gran suministro de oxígeno. La paloma, que a primera vista parece tener un volumen pulmonar pequeño, ha conseguido ampliar esta capacidad, gracias a nueve sacos aéreos que posee, independientes unos de otros y conectados al sistema pulmonar. Algunos de estos sacos aéreos están en comunicación con cavidades interiores de ciertos huesos, sobre todo los de las extremidades, y por ello se les llama huesos neumáticos. Con este sistema, se consigue aumentar el volumen pulmonar y disminuir el peso específico del ave, con lo que también se facilita el vuelo.
Cuando la paloma está en reposo, los movimientos de la caja torácica proporcionan suficiente ventilación a los pulmones; pero como en el vuelo la caja torácica permanece inmóvil, son los sacos aéreos los que aseguran la ventilación, al contraerse y dilatarse por los movimientos de las alas y de todos los músculos que intervienen en el vuelo. Así, aunque los sacos aéreos no intervienen en el intercambio gaseoso de la sangre a nivel pulmonar, sí aseguran la renovación del aire en los pulmones.
EXCRECIÓN:
La paloma posee dos riñones y sobre cada uno una pequeña cápsula suprarrenal. No hay vejiga de la orina y ésta sustancia es espesa, rica en ácido úrico y en la cloaca se mezcla con los excrementos, formando una sustancia llamada palomina o guano, bastante apreciada como fertilizante por la gran cantidad de compuestos nitrogenados que proporciona a los cultivos.
REPRODUCCIÓN:
Las palomas domésticas suelen criar durante todo el año, aunque con preferencia en los meses cálidos. Las silvestres en primavera y verano.
Tras el apareamiento, generalmente, se establece una monogamia perdurable. Después de la cópula, la pareja hace un nido con paja, raíces finas, plumas, etc. donde la hembra pone dos huevos que incuban macho y hembra durante unos 18 días, al cabo de los cuales acontece la eclosión de los huevos y salen los pichones en un estado de vida muy atrasado, debiendo permanecer en el nido durante varios días. En la primera fase de su vida, los padres los alimentan con una especie de leche producida en su buche y posteriormente, con los mismos alimentos que ellos ingieren. Los pichones, al mes de vida ya se valen perfectamente por sí mismos.
CRÍA:
Indudablemente todos los columbicultores tienen su método de cría y distribución de parejas y espacios para tales fines, buscando siempre el perfeccionamiento de las razas. A mí nada más me resta, a este respecto, que recalcar algunos puntos que considero de vital importancia para la marcha de toda granja reproductora:
1.º Los alimentos y el agua deben ser sanos y abundantes.
2.° Las jaulas y los locales deben tener una higiene esmerada.
3.º Las condiciones ambientales de nuestro palomar son factor importantísimo para la vida de las palomas en él, y mucho más en período de cría.
Hemos de evitar los lugares con mala orientación, fríos, húmedos, mal ventilados, etc.
Esperando que mi colaboración sea de utilidad para los amantes de la columbicultura, saludo atentamente a toda la afición española y en especial a los miembros de la Sociedad San Isidro de ALCADOZO (Albacete), a la cual me honro en pertenecer, por el primer aniversario de su fundación. JESUALDO GUERRERO
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Ernesto Glez
Quisiera hacer hincapié, antes de desarrollar este breve estudio, en que no pretendo realizar un análisis anatómico de los diversos órganos y aparatos de la paloma; sino más bien, y de una forma somera, analizar el funcionamiento biológico de este orden de animales, recurriendo a los datos anatómicos cuando sea indispensable para conseguir tal fin.
SENSIBILIDAD: Es muy elevada.
El tacto no parece estar muy desarrollado. Los órganos táctiles están localizados sobre todo en las partes desnudas, o sea, sin plumas, del animal; pero de forma acentuada en la lengua y en el pico.
El órgano del olfato está poco desarrollado y situado en las cavidades nasales. Las fosas nasales se abren en la base de la mandíbula superior y comunican con la cavidad bucal por medio de dos conductos llamados coanas que atraviesan el paladar. No parece un sentido de gran importancia en estas aves.
El gusto tampoco parece alcanzar demasiada perfección, en comparación con otros sentidos, y es debido, sobre todo, a que las palomas tienen una lengua córnea sobre la que no existen papilas gustativas. No obstante, existen botones gustativos situados sobre el paladar y en la base de la lengua, y son los que hacen apreciar a estas aves los sabores de las sustancias que ingieren. De todas formas parecen regirse más por instinto, que por este sentido, en la elección de sus alimentos.
Pese a que estos sentidos analizados no alcanzan demasiada perfección, las palomas son aves de gran sensibilidad y ésta se manifiesta principalmente a través de los sentidos de la vista, el oído y la enorme capacidad de orientación que poseen.
De todos es conocida la extraordinaria agudeza visual de las palomas. Los ojos están situados lateralmente y esto parece dificultar la visión binocular. No obstante; el ojo de la paloma es de un gran tamaño y está muy perfeccionado. Dicho perfeccionamiento y su gran agudeza visual se deben a una sensibilidad particular de la retina, que está dotada de dos manchas amarillas: una central, que se utiliza para la visión lateral y otra lateral, que se utiliza para la visión frontal. Ocurre también que el ojo posee gran poder de acomodación, gracias al músculo ciliar y a la contractilidad del iris. De ello resulta un globo ocular muy móvil, lubricado por la secreción de glándulas lacrimales y que está además protegido por un sistema de párpados muy perfecto (superior, inferior y membrana nictitante transparente). Y así, gracias a la perfección de la retina y la ayuda que supone la gran movilidad del ojo, las palomas consiguen una agudeza visual que supera en mucho a la humana.
Las palomas tienen un oído muy fino. Se puede distinguir un oído medio y un oído interno y aunque no existe el pabellón auditivo, el tímpano se sitúa en el fondo de una depresión de la piel que viene a ser como un esbozo del oído externo. El orificio auditivo está cubierto por las plumas.
El sentido de la orientación está muy desarrollado, sobre todo en las palomas mensajeras que son capaces de volver a su palomar después de soltarlas a cientos de kilómetros de él, y habiendo sido transportadas en un medio totalmente oscuro. Esto demuestra que la paloma no se orienta exclusivamente por la memoria visual, ya que ésta, aún siendo muy grande, es lógico que sólo puede utilizarla en los lugares que conoce. Para explicar este fenómeno de la orientación para grandes distancias y por sitios desconocidos, se pensó en principio en un influjo del campo magnético terrestre sobre la paloma; pero multitud de experiencias han demostrado la falta de consistencia de esta teoría. Hoy se cree que las palomas se orientan mediante el sol, aun en tiempo cubierto, lo cual supone, a la vez, que la paloma es capaz de detectar las radiaciones solares a través de las nubes.
LOCOMOCIÓN:
Son animales de caminar lento y sosegado; pero en contraposición, están perfectamente adaptados al vuelo, y esto se pone de manifiesto por la estructura, que a través de miles de años de evolución, se ha conseguido tanto en su estructura externa como interna: Un cuerpo de forma aerodinámica, unos miembros anteriores transformados en alas con una potente musculatura que las mueve. Poseen una caja torácica, una columna vertebral y una pelvis de gran rigidez, y tienen sacos aéreos y huesos a modo de neumáticos que aligeran su peso.
La primera etapa del vuelo es el despegue y en ella la paloma primero se agacha relajando sus miembros posteriores, después abre sus alas levantándolas cuanto puede, y por último las rebate con gran fuerza apoyándose en el aire. Este movimiento se repite a una velocidad de unos diez aleteos por segundo y con ello se consigue un extraordinario poder de ascenso. En el aire la paloma puede proseguir en vuelo activo batiendo sus alas a un ritmo de seis u ocho veces por segundo, o puede también aprovechar la velocidad conseguida y las corrientes de aire para, con las alas abiertas y quietas, proseguir en vuelo planeado.
NUTRICIÓN:
La paloma posee un régimen alimenticio a base de granos y algo de verdura (granívoro y herbívoro). Por tanto todo columbicultor debe tener en cuenta ambas facetas y proporcionar granos (legumbres y cereales sobre todo) ricos en proteínas, grasas y almidón y verduras, que, si no muy ricas en esos principios inmediatos, sí lo son en vitaminas tan necesarias para todo ser vivo.
También los iones minerales son indispensables para las palomas, y como suele haber déficit de algunos de ellos en los alimentos, es preciso colocar en los palomares ciertas sales que se expenden en el mercado. Son sobre todo muy interesantes unos bloques compuestos de sal marina o cloruro sódico y carbonato cálcico que se amasan con yeso para darles consistencia, y por los que muestran las palomas una gran avidez.
La digestión de los alimento se inicia desde que éstos son tragados. Primero se acumulan en el buche, donde se reblandecen por absorber agua, después pasan al proventrículo anterior, donde actúa sobre ellos el jugo gástrico; de aquí llegan a la molleja, donde son triturados, ya que ésta posee una potente musculatura en sus paredes y unas piedrecillas de sílice en su interior que le ayudan en esa función. Después pasan los alimentos al intestino, donde son atacados por los fermentos intestinales, y una vez transformados en compuestos simples y asimilables, pasan a la sangre y linfa a través de las microvellosidades intestinales, teniendo con ello lugar la llamada propiamente función digestiva.
Los productos de desecho de la digestión, o sea, lo no asimilado, forman los excrementos o heces fecales y se expulsan al exterior a través de la cloaca.
CIRCULACIÓN:
El aparato circulatorio es completo, con aurículas separadas y ventrículos también.
Hay una circulación mayor y en ella la sangre arterial u oxigenada, va desde el corazón a los distintos órganos del cuerpo, para proveer de oxígeno y alimentos a las células, y retorna a él de nuevo como sangre venosa cargada de anhídrido carbónico y sustancias de desecho.
La circulación menor está formada por el sistema de depuración de esa sangre venosa, que saliendo del corazón va a los pulmones, donde se purifica, cediendo anhídrido carbónico y tomando oxígeno, para volver de nuevo al corazón como sangre arterial.
El corazón es de una potencia extraordinaria, ya que durante el vuelo, el gasto energético de la paloma es enorme y todos los órganos deben tener un aprovisionamiento de oxígeno suficiente; pero sobre todo, los músculos de vuelo deben estar irrigados abundantemente por la sangre que el corazón les manda a un ritmo muy acelerado.
RESPIRACIÓN:
Ya hemos visto que para el vuelo se consume una gran cantidad de energía y esto requiere un gran suministro de oxígeno. La paloma, que a primera vista parece tener un volumen pulmonar pequeño, ha conseguido ampliar esta capacidad, gracias a nueve sacos aéreos que posee, independientes unos de otros y conectados al sistema pulmonar. Algunos de estos sacos aéreos están en comunicación con cavidades interiores de ciertos huesos, sobre todo los de las extremidades, y por ello se les llama huesos neumáticos. Con este sistema, se consigue aumentar el volumen pulmonar y disminuir el peso específico del ave, con lo que también se facilita el vuelo.
Cuando la paloma está en reposo, los movimientos de la caja torácica proporcionan suficiente ventilación a los pulmones; pero como en el vuelo la caja torácica permanece inmóvil, son los sacos aéreos los que aseguran la ventilación, al contraerse y dilatarse por los movimientos de las alas y de todos los músculos que intervienen en el vuelo. Así, aunque los sacos aéreos no intervienen en el intercambio gaseoso de la sangre a nivel pulmonar, sí aseguran la renovación del aire en los pulmones.
EXCRECIÓN:
La paloma posee dos riñones y sobre cada uno una pequeña cápsula suprarrenal. No hay vejiga de la orina y ésta sustancia es espesa, rica en ácido úrico y en la cloaca se mezcla con los excrementos, formando una sustancia llamada palomina o guano, bastante apreciada como fertilizante por la gran cantidad de compuestos nitrogenados que proporciona a los cultivos.
REPRODUCCIÓN:
Las palomas domésticas suelen criar durante todo el año, aunque con preferencia en los meses cálidos. Las silvestres en primavera y verano.
Tras el apareamiento, generalmente, se establece una monogamia perdurable. Después de la cópula, la pareja hace un nido con paja, raíces finas, plumas, etc. donde la hembra pone dos huevos que incuban macho y hembra durante unos 18 días, al cabo de los cuales acontece la eclosión de los huevos y salen los pichones en un estado de vida muy atrasado, debiendo permanecer en el nido durante varios días. En la primera fase de su vida, los padres los alimentan con una especie de leche producida en su buche y posteriormente, con los mismos alimentos que ellos ingieren. Los pichones, al mes de vida ya se valen perfectamente por sí mismos.
CRÍA:
Indudablemente todos los columbicultores tienen su método de cría y distribución de parejas y espacios para tales fines, buscando siempre el perfeccionamiento de las razas. A mí nada más me resta, a este respecto, que recalcar algunos puntos que considero de vital importancia para la marcha de toda granja reproductora:
1.º Los alimentos y el agua deben ser sanos y abundantes.
2.° Las jaulas y los locales deben tener una higiene esmerada.
3.º Las condiciones ambientales de nuestro palomar son factor importantísimo para la vida de las palomas en él, y mucho más en período de cría.
Hemos de evitar los lugares con mala orientación, fríos, húmedos, mal ventilados, etc.
Esperando que mi colaboración sea de utilidad para los amantes de la columbicultura, saludo atentamente a toda la afición española y en especial a los miembros de la Sociedad San Isidro de ALCADOZO (Albacete), a la cual me honro en pertenecer, por el primer aniversario de su fundación. JESUALDO GUERRERO
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